LIBRO TERROR Y MISTERIO - Inicios en Febrero, 2023                                                       

 Siniestro

Argumento o Sinopsis:

Un profesor de literatura encuentra una caja en la puerta de su casa. Sin remitente, o destino, decide quedársela. Grave error. Desde aquí todo se convertirá en una horrenda pesadilla. Donde una mujer rubio cenizas ronda por su casa, atormentándolo. Ahora considera estar muerto a sobrevivir o escapar de esa cosa siniestra. Y deseara no haber abierto la caja. Nunca.

Esta es una novela menor con respecto a Sam y ¿Quien?, de nuestro autor argentino, Lucas Baz. El terror y el suspenso lo sobrepasan cada día.

>> Me temo a mi mismo, al tener ideas demasiado perturbadoras o terroríficas, solo para crear mis historias. No condeno a nadie, solo pongo retos al personaje junto al lector. Mostrando que son iguales.>>

Lucas Baz

SUSURROSss

1

 

Apenas faltaban unos cuantos minutos para que sonara el timbre, la clase estaba por empezar. Se guardo en su portafolio, las hojas con los temas que iba a enseñar. El chico rubio, alto de uno noventa, flaco con su camisa floreada, con su lapiz apoyado sobre el borde de la oreja, coqueteando a la chica pelirroja, de ojos azules. Un estudiante formidable por asi decirlo, se hace el galan, es todo un don juan, si fuera asi con las materias, no tendria que asistir de nuevo, y volver a verlo. Frustrante.

A unos cuantos metros de el, esta el morocho castaño, de uno sesenta y seis un poco robusto. Sonriendo como un desquiciado, los videos de tik-tok, los que no tolera ni un profesor, y a su derecha, la chica de piel oscura, cabello risados, ¡si que brillan!. Los sinvergüenzas o vagos, por estos cuatro tenia que faltar al encuentro con sus hijos. Desde que firmo el acuerdo con su ex-esposa, logro tener mas tiempo para estar con sus hijos, fascinado por pasar unos minutos extras con ellos. Son quien le alegran el dia, despues de mucho estres que lleva consigo al salir de esa escuela. Alumnos fracasados, intolerables, burros,y varios adjetivos que serian dificiles y podria perjudicarlos con el consejo de padres.

Estaban todos (los castigados), no faltaban mas, solo que, el entre para poner orden a las ovejas descarriladas.

Echo un vistazo al reloj del televisor que estaba colgado sobre una esquina en la cafeteria. Eran las diez y cuarto de la mañana.

En unos diez minutos iria al salon, con todas las ganas que tenia.

Luego de haberse engripado y haberse tomado la licencia de cinco dias. Ni eso podia, no podia tomarse un puto dia libre, aunque sea eso, al menos dame eso, infelices,penso Henrry Safores, profesor de literatura de la escuela secundaria Prikman.

Tenia bajo el brazo dos carpetas, y con una mano sostenia aquel café que se compro en la entrada. La mujer de "Donaas Mu", deliciosas, las rellenas con membrillo lo hacen levantar el autoestima, al atravesar la puerta de esa tediosa y espantosa escuela. Mientras recordaba algo que le sucedió unos cuantos minutos antes de entrar.

Un hombre con una campera de cuero, con un gorro de lana gris, con unos ojos negros, sintio que lo hipnotizaban, sus puntos formaron un espiral de luces brillantes, como la misma galaxia. Solo estaba parado justo, con su mirada sobre Henrry, seguido de un susurro suave e indecifrable, apenas podia entender lo que decia. Firme sobre un escalon, a punto de entrar.

Reacciona al sentir que le agarran del brazo, se voltea de un salto, y era la directora, quien le avisaba que podia pasar. Henry la sigue, pero da un giro inesperado hacia aquel sujeto, pero no habia nadie, se asoma y mira para ambos lados, era una cuadra extensa, asi que era dificil que pudiera llegar a la esquina tan rapido. Al menos que se haya subido a un vehiculo, raro porque no paso ninguno. Ni siquiera escucho el ruido de algun motor. No le presto atencion y entro.

-Tenemos la gratitud de todo el consejo de que se haya tomado el tiempo para venir a dar la clase. Ninguno de los otro profesores quiso venir -solto una sonrisa estupida.

-No me imagino la razon -suspiro, odiando con tanta pereza el haber dicho que si, podria haberse negado, asi poder disfrutar de su tiempo. La directoria era una persona un poco ignorante, mas bien timida, asustadisa por asi decirlo, jamas la pudo ver seria. Como si nada la hiciera enojar, ¿pero quien podria aguantar tanto?, en algun momento tiene que soltar todo ese resentimiento que lleva por dentro, lanzo una amplia y falsa sonrisa-. Alguna vez usted... -guardo silencio.

-Usted no se preocupe por nada, de sus padres yo me ocupo, alguien tiene que ponerlos en punta. A pesar de que son personas rencorosas -de nuevo solto una sonrisa, enmascarando su miedo.

Pobre mujer, todos la pisotean, y ella no se da cuenta, o la utilizan como una persona tonta, o talvez no tiene el valor para enfrentarse a esos padres, la entiendo, son unos gruñones miserables, que se preocupan por sus hijos cuando son llamados por que van a repetir o terminan castigados, ahi si son padres, ¿pero... mientras tanto quien les presta atencion, quien se preocupa por ellos?, se pregunto.

De repente, se freno de golpe al escuchar un sonido, que jamas habia oido.

-Profesor, ¿sucede algo?

-Eh... ¿Escucho eso?

La directora miro hacia arriba para ambos lados, queriendo saber lo que no habia escuchado.

Henrry levanto la vista hacia el techo, queriendo descifrar lo que habia sentido o escuchado. Prefirio ignorar y seguir, mientras la directora se habia alejado, en que momento se habia marchado.

-Directora, Direc...

La alarma de su reloj en su muñeca sono, era las diez y media, momento para ingresar al salon. Antes de poner su mano sobre el picaporte escucho aquel susurro fantasmagórico, apenas capto lo que dijo; caprichos, asesinos, mentirosos...

Henrry era una persona iconica consigo misma, y un padre ejemplar, tuvo al pequeño Robin cuando tenia 18 años, a penas lo estaba cumpliendo que su novia le comenta que estaba embarazada. Eso lo derrumbo por completo, tendria que conseguir un nuevo empleo, era mesero por la noche con un salario mediocre y asfixiante. Y trabajo por la mañana, en este no le hiba nada mal, ganaba bien, empezaba desde las siete de la mañana hasta las dos de la tarde, le daba tiempo para poder estar con su esposa <<tubo que casarse por decisión de ambas familias>>, habia cambiado por completo su vida, terminaba agobiado y exhausto. Aun eran jovenes, ella tenia dieciséis asi que sabras lo que le esperaba, era una chica fuerte, que no dejaba que nadie la pisoteara. Paso sus ultimos años, de vida con ella (falleció de leucemia), se hizo cargo de sus dos hijos, la familia de su mujer, lo aislaron, le dieron la espalda, deshorraste a esta familia, es lo que le decian. <<Tu arruinaste esta familia>>, esas seran las ultimas palabras que recibio y guardo en su archivo mental, al recibir un portazo en la cara.

-Profesor Safores, ¿se encuentra bien?, lo noto distraido.

Henrry tenia la mirada en un punto, pensando y recordando lo que ha tenido que sufrir, tanto que no se percato que ya estaba en el salon. Reacciono, solto una media sonrisa con los ojos en la joven de los risos que brillan.

-Si, estoy bien, solo pensaba. Descuida Nora, sigamos con la clase. Abran el libro que habia que traer para hoy, el de "Joseline usa una pluma, para dictar orden". Vayan a la pagina seis, el segundo parrafo.

Henrry mira fijo al chico rubio, y le asiente para que lea.

-Entonces algo ocurrio, el monje se presto al servicio de Baunes y le concedio su peticion. Dominic se apresura a llegar a tiempo al muelle, antes de que se arrojara a las aguar electrificadas, que Peter habia provocado, para asesinar a su hermano y poder quedarse con la herencia y fue...

No termino la frase.

-Segui Sofia

-Y fue que Dominic era el menor de los cuatro hermanos, el quien todos sabian que recibiria aquella herencia que su padre le ha otorgado. Lamentablemente nadie presto atencion al testamento que habia difundido, la unica manera de poder tener ese dinero, es cuando el ultimo de ellos cumpla sus diesiocho. Si el muere se pierde todo.

-Pongamos pausa ahi, ¿alguna pregunta?.

Todos negaron con la cabeza y Henrry le pidio al otro chico que continue.

-Peter se caso cuatro veces, y de esas veces, tuvo varios hijos que no se presto a asistirlo, ni siquiera cumplio el papel de padre. Fabricio jamas pudo ser padre, tampoco tuvo una vida llena de luz, fue sombria y oscura. Su esposa fallecio al dar a luz, habia concevido a una niña, tenia los ojos de su madre, pero murio mientras dormia. Solo habia pasado unos cuantos dias, ni siquiera habia llegado a completar el mes.

Henrry hace una seña con el dedo para que continue la chica pelirroja, ella asintio algo abrumada, su libro no lo tenia en su pupitre, fue cuando se sorprendieron que el libro estaba en el suelo cerca de una ventana, Henrry se levanta y se acerca para levantarlo, al agacharse, nota una palabra escrita como si la hubiese arañado la espalda de la silla, tenia escrito un nombre; siniestro.

Levanto el libro, sin dejar de mirar aquella silla, luego reacciono y le entrego el libro a la chica.

Concentrado escuchando leer a sus alumnos, no tardo en oir de nuevo ese susurro que retumbo cerca de el, como si estubiesen al lado, pegado a su oreja, bruscamente giro hacia un lado. Habia un espejo colgado en la pared pegadito de aquella silla, su reflejo, mostro a una forma humana de cabello oscuro sentado en esa silla, llevaba algo oscuro, como un vestido largo, desgarrado, noto que se distorcionaba, y se percato que a su reflejo brotaba por su fosa nasal, un liquido negro, inmediato puso su dedo donde sentia algo de frio, sintio que la punta del dedo se hubiese sumergido, lo quito rapidamente, y noto que era sangre. Volteo hacia la clase, estaban concentrados leyendo sin levantar la vista. Henrry busco en el cajon de su escritorio algo con lo que podria limpiarse, reviso cada rincon y no encontro nada, sin vacilar se limpio con la manga de su camisa, por suerte hoy decidio ponerse la oscura, haberse puesto la blanca seria muy embarazoso. Siguio escuchando la lectura, en eso comenzo a tener problemas para leer, como dislexia, las palabras de aquel parrafo comenzaron a desordenarse, formando nuevas palabras, Todos estan muertos.

Pestañeo varias veces, y todo estaba en su sitio.

Durante las ultimas horas, todo siguio en perfecto orden, sin ninguna distraccion. Henrry guardo las carpetas en su bolso, el resto se estaba retirando, cuando el chico rubio, Peter, se queda de pie frente a el.

-Se te ofrece algo Peter.

-"Todos estan muertos, vendre por ellos y por ti Henrry" -estaba como en trance, al terminar la frase, pestañeo y no entendio que habia pasado.

-Ve a casa Peter.

A Henrry se le erizo los pelos de la nuca y sintio un escalofrios por su espalda. No habia tenido miedo desde que tenia once años. Mientras guardaba todo, lo que quedo en el escritorio es una taza con lapiceras, algunos lapices y un par de reglas, las tiene por si alguno se olvida un elemento. Y la planilla de asistencia de los veiticuatro alumnos, pero no la necesitaba, uso una ficha, ya que eran cuatro alumnos, que no llegaron a pasar por incumplimiento con los deberes o falta de responsabilidad o vagancia. Sintio una breve brisa que hizo que tuviera frio, estamos en invierno, ¿quien prende el aire acondicionador a esta epoca?, le parecio raro, agarro su bolso y antes de retirarse volteo hacia el espejo, debo estar cansado, se dijo y se retiro del salón. Antes de llegar a doblar la esquina del corredor, las luces se apagaron, dejando a la oscuridad rondar libremente. No paso ni medio minuto que mientras caminaba, volvio a oir el mismo susurro fantasmal, retumbo por todo los rincones, como si hubieran parlantes. Era mas como gritos, aullidos de deseperacion, hasta creyo oir de fondo las chispas que producen las llamas de un incendio.

Se que hay un mensaje en todo, si es una broma de mis alumnos, tendre que cambiar las calificaciones. Pero eso seria volver a verlos, ¿estaria cometiendo un error?, penso.

En eso escucho una voz, era mas de un infante, provenia detras de el, Henrry, escucho como si la voz brotara desde un tunel profundo. Sus manos comenzaron a temblar, sus pies quedaron atascados, como si los hubiera puesto en cemento y este se hubiese endurecido. Escucho el chirriante y ensordesedor eco de una puerta que se abria. Llego a toparse con la escaleras, levanto la vista y se asomo por el hueco que daba hacia arriba, aquel edificio tenia tres plantas. Vio que una sombra se asomaba, asustado se alejo y siguio caminando, antes de llegar a la puerta de entrada, las luces volvieron a encenderse. Y fue como un truco de magia pero los corredores estaba plagado de estudiantes y profesores. Era como si todo hubiese ocurrido en su mente. Se sosprendio, volteo y con la mirada ficho las escaleras, sintio esa curiosidad, la que siente uno cuando hay peligro, esa adrenalina de riesgo extremo. Pestañeo varias veces, suspiro, y estiro el brazo para empujar la puerta, salio.

Llego a su vehiculo, se subio, lo puso en marcha y se retiro. Las hojas se desprendia de los arboles, esas hojas amarillas y secas, podia notar un torbellino haciendolas girar. Estaciono, cerro la puerta y coloco la alarma, llego a ese camino de piedras el cual el habia mandado a hacer, se sacudio los pies en la alfombra, coloco la llave en la cerradura y antes de girar, sintio un escalofrio en su cuerpo, que lo hizo voltear sobre una escultura diminuta de hierro, habia una caja, era de carton de una hoja gruesa, la reviso no tenia ni una nota, ni siquiera una etiqueta, levanto la vista para ver si habia alguien, entregando correspondecia y poder entregarselo.

Henrry no tardo, que fueron un cuantos segundos en decidir llevarse la caja. La agarro y entro a su casa. La apoyo arriba del exhibidor, junto a las llaves del auto. Apoyo su chaqueta sobre el respaldo del sillon.

Mientras Henry se encontraba en la cocina, bebiendo un poco de whisky, escucho aquel susurro. Henrry. Pero este no era la voz de un niño, tenia el tono de una mujer joven y algo enferma por su tonada ronca.Seguido de una sombra que paso como deslizandose por la sala.

Dejo el vaso sobre la mesada, fue al cajon y agarro el palo de amasar, se acerco en modo de defensa, listo para golpear al intruso que se habia metido a su casa, fue lo que penso. Recorrio la sala, y llego a la entrada, camino de espaldas, trato de abrir la puerta, con su mano atrás. Y se detuvo al escuchar golpes fuertes arriba. Supuso que estaba en una de las habitaciones, y una musica sono levemente, una melodia de carrucel. Fruncio el seño, sin permitir pensar, decidio subir, al llegar a pisar el ultimo escalon, sintio como si alguien le soplara la nuca, sintio un escalofrios que hizo temblar todo su cuerpo. Se formo de fuerza, y se acerco sigiloso hacia aquella habitacion. Entro en punta de pie, encendio la luz, y la oscuridad fue barrida de inmediato, cualquiera que se haya escondido, no podria ocultarse, y si lo hiciera, podria ver su sombra, quien sea que se haya escabullido en su casa.

Una vez revisado cada rincon, hizo lo mismo con el resto de las habitaciones, resignado por no encontrar nada sospechoso, bajo a la planta, volvio a mirar hacia arriba, levanto los hombros y bajo. Antes de irse para el comedor, oriento su vista en la caja, se freno, ¿deberia abrirla?pero no es mia, tal vez el dueño este esperando que llegue, ¿porque estaba en mi entrada?, si no tiene etiqueta como saben a quien le pertenece?, se hizo una serie de preguntas en su mente, mientras se habia sentado en el sillon, apoyo sus pies sobre la mesa ratona, la parte de arriba es de vidrio. Se asomo, agarro un libro, el separador estaba puesto casi al final, le faltaba un par de paginas para terminarlo.

Paso un par de minutos que se habia quedado dormido, con el libro sobre su pecho. Al borde del sillon, estaba la caja, se encontraba abierta.

Luego la luz del sótano se encendio.

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